Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8:1
¿Sientes que tu corazón está herido y llevas una pesada carga de culpa y remordimiento por errores que cometiste en tu pasado? Quiero decirte que puedes confiar en que Dios quiere sanarte y traer la paz y el gozo que tu alma anhela y que El quiere darte. Cuando eres honesta delante del Señor como para reconocer tus sentimientos y te acercas con humildad, El sana tu corazón del dolor del pasado y limpia tu mente y tu alma de toda culpa y condenación. Dios te hace libre del pasado y te da una segunda oportunidad para que escribas una historia de victoria en tu vida, caracterizada por el perdón y la fortaleza que encuentras solo a los pies de Jesús.
Reconoce tu incapacidad de cambiar sola, no es posible, ese es el trabajo de Dios, pero El como un padre amoroso te toma en sus brazos y te da el consuelo que estas esperando, y sobre todo, confía en el amor incondicional de Dios que te libra de la condenación. No tienes que hacer nada para ganar su amor, El ya te ama así como eres y donde estás.
No te rindas ni cedas a pensamientos negativos: «no puedo, yo soy así, siempre lo he sido», «nadie me quiere, no puedo cambiar», etc. Estas son mentiras que quieren perpetuar tu dolor. Decídete a entregar esta carga en manos de Dios y recibe la libertad de la condenación y la culpa, que El ha prometido. Desde hoy puedes empezar tu nueva vida en libertad. Cree y confía que tu mejor vida está por empezar.