Existen varios factores que influyen en como somos:
La Herencia y la Influencia del ambiente son importantes, pero nada como nuestras propias decisiones: Las conductas que repetimos que se convierten en hábitos. Pero ni la herencia ni el ambiente social son excusa para comportamientos inapropiados o mala conducta. Son tus decisiones las que te han llevado al lugar donde estás. La única manera de cambiar la dirección en la que vamos es ser transformados por la renovación de nuestra mente.
No puedo cambiar la familia de la cual vengo, no puedo cambiar el ambiente en el que crecí, sin embargo sí puedo dejar de repetir decisiones negativas.
La Biblia dice que eres nueva creación, que puedes ser liberado de las emociones que te atan, de los hábitos que te destruyen. Empieza por ser positivo. Si estás en medio de un problema no digas: No pasa nada, porque no es verdad; Pero puedes decir: Creo que Dios es quien me ayuda. No tienes que decir: Probablemente todo empeore y fracase; En vez de eso debes decir: El Señor está obrando en mí ahora mismo, las cosas mejorarán y saldré victorioso.
Aunque nuestra realidad sea negativa debemos tener una actitud positiva al respecto. No te enfoques en los problemas, en lugar de meditar en ellos, medita en las obras de Dios, en sus hechos poderosos y en su amor. Escoge intencionalmente recordar las buenas cosas que Dios ha hecho
en tu vida, agradece y espera que ocurran más cosas buenas.
Debes creer esta verdad: La muerte de Jesucristo en la cruz puso fin al dominio que el pecado tenía sobre nosotros. Si permites que el pecado controle tu mente vas hacia la esclavitud y la muerte. Si permites que el Espíritu te controle serás libre y tendrás vida y paz.