Uno de los pasos que debemos vencer para vivir en obediencia es la razón. Es decir, la clase de pensamientos que nos dicen esto no es lógico, esto no tiene sentido. Es absurdo.
La razón siempre interfiere con la fe. Mientras esperemos que todo tenga sentido, no estaremos dependiendo por completo de Dios. Si todo lo que vemos es lógico y alcanzable, entonces ¿para qué necesitaríamos la fe?.
La fe es la seguridad de cosas que aún no podemos ver.
Debemos dejar de lado el razonamiento que nos lleva a pensar que no es posible que sucedan los milagros, solo porque nunca los hemos visto o porque nuestra lógica nos dice que eso no es posible o no va a suceder.
Los milagros van a ocurrir cuando dejamos de lado esta forma de pensamiento humano, limitante y negativo, y le permitamos a Dios ser Dios. Él quiere demostrar quién es Él en realidad.
Dios no está limitado por nuestra lógica, ni la manera de hacer las cosas. Sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos y sus caminos más que nuestros caminos.
Como creyentes debemos tener presente que Dios honra a los que le honran, cuando obedeces a Dios lo estás honrando y tanto la obediencia como la desobediencia tienen consecuencias sobre nuestra vida.
¡Escoge obedecer a pesar de todo!