Aunque hablemos el mismo idioma en ocasiones nos cuesta entender a los demás o hacernos entender. Los malos entendidos y las heridas causadas por las palabras hacen que las relaciones se rompan o se levanten muros que impiden la comunicación.
LO QUE NO ES COMUNICARSE:
- NO ES GRITAR
- NO ES ACAPARAR LA CONVERSACIÓN
El libro de Santiago nos dice que todos ofendemos muchas veces, que quien no lo hace puede considerarse una persona perfecta.
Nos comunicamos no solo con palabras, podemos hacerlo con gestos, posturas, aun con el silencio. Nuestro estilo de comunicación es aprendido ya sea en la Familia, la escuela o colegio, los amigos y en las relaciones interpersonales en general.
A veces nos resulta muy difícil controlar nuestras palabras, debido a que nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos enfocamos más en lo que pensamos son nuestros derechos que en nuestras obligaciones. Merezco que me traten con respeto, no me debes hables así. Son algunos de los derechos que reclamamos, pero no tomamos en cuenta las obligaciones de respeto y estima que tenemos hacia los demás.
Las palabras tienen un impacto muy grande sobre las personas. Con ellas podemos herir el corazón y se convierten en verdaderas espadas que lastiman más que una herida física. Es por eso que la Biblia dice que la vida y la muerte están en poder de la lengua.
- El lenguaje divino es medicina para el alma, nuestras palabras pueden dar: ánimo, afirmación, motivación, consuelo, amor, respeto, reconocimiento.
- El lenguaje dañino es como un golpe de espada cada vez que: criticamos, juzgamos, despreciamos, ofendemos manipulamos, mentimos, nos desquitamos.
Efesios 4:29 nos dice: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca sino la que sea buena para la necesaria edificación a fin de dar gracia a los oyentes.
Y en Proverbios 12:18 encontramos: Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, pero la lengua de los sabios es medicina.
La recomendación Bíblica para mejorar la forma en que nos comunicamos es:
- Niégate a hablar palabras ásperas, cargadas de ira, en lugar de eso escoge hablar palabras que alegren el alma de los oyentes, usa el tono de voz adecuado y en ocasiones calla, esa es una actitud sabia y prudente cuando no tenemos nada bueno que decir.
- Usa el sentido del humor, así crearás una atmósfera de alegría y gozo en el lugar donde te encuentres.
- Toma en cuenta la comunicación no verbal, es decir tus gestos, movimientos corporales, posturas y más actitudes que demuestran lo que realmente está en tu corazón.
- No interrumpas, aprenda a escuchar. Si es necesario sacrifica los intereses personales por los de la otra persona. Muchas veces tendremos que negociar, lo cual significa que tenemos que ceder.
Y recuerda:
La comunicación es una habilidad que debe ser desarrollada.
En la comunicación la meta es escuchar y entender, no ganar.
Acepta las diferencias.
Termina el diálogo en buenos términos.
Ora sobre el asunto.