Las mujeres soñamos con el ideal del amor romántico, sentirnos amadas, halagadas, esto levanta nuestra auto estima y nos da seguridad.
Sin embargo, si nuestro bienestar emocional depende de la forma como los demás nos tratan, corremos el riesgo de terminar vacías, resentidas y heridas.
Piensa en esta frase:
Es muy importante ser amada y aprobada por cada persona significativa de nuestra vida. Caso contrario es un fracaso muy grande que demuestra lo poco valiosa que eres.
¿Estás de acuerdo con este mensaje? Si lo estás, detente a analizarlo profundamente. Esta es una idea irracional, una mentira total que quiere paralizarte.
Primeramente ésta es una meta inalcanzable, si buscamos la aprobación de los demás viviremos dependientes y expectantes de ellos todo el tiempo.
En segundo lugar, no podemos agradar a todo el mundo todo el tiempo, y si así fuera, eso exigiría un enorme esfuerzo y energía de nuestra parte, sería una actividad que consumiría todo nuestro tiempo y no nos dejaría espacio para ser únicas y auténticas.
Agradar a los demás todo el tiempo significa dejar de lado nuestros propios intereses y buscar ser lo que los demás esperan de nosotras.
Esto implica un alto desgaste de nuestra autoestima, que produce que nos sintamos inseguras y frustradas.
Debemos controlar esa necesidad excesiva de aprobación o amor. No es el fin del mundo si alguien no nos valora o considera importantes. Siempre habrá personas para quienes somos todo su mundo.
Tus deseos y metas son más importantes que los deseos y metas de los demás.
Recuerda algo importante: somos las creadoras de nuestra realidad y depende de nuestras decisiones ser felices o no, ser proactivas o reactivas, ser libres o dependientes. ¡¡Tienes la libertad de elegir!!
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7
Voy a sentirme amada todo el tiempo porque no dependo de las personas para serlo, voy a la fuente del amor, mi Padre celestial, que es el verdadero amor.