Cambia tu vieja naturaleza

Cambia tu vieja naturaleza

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

2 Timoteo 1:7


En la vida debes hacer continuas elecciones, unas grandes otras pequeñas, pero todas determinan el rumbo en el que te conducirás. Cosechas lo que siembras, por lo tanto el estado emocional en el que vives no depende de los acontecimientos externos, sino de las elecciones que hagas. Tienes la libertad de decidir si vas a ser feliz o no. Las circunstancias no las puedes cambiar, pero sí la actitud que puedes tener en esas situaciones.

El dominio propio, es la cualidad que te permite tener auto control y aquietar las emociones. Te da la posibilidad de elegir lo que quieres sentir en cada momento y no terminas como una marioneta sin voluntad y sin control.

El dominio propio no es producto del esfuerzo humano, es sobrenatural, el Señor lo da como consecuencia de tener una relación de intimidad con Él, de pasar tiempo permitiéndole que te moldee y te haga la persona que El anhela. No es un proceso fácil,  a veces duele. Nuestro ego reclama, el orgullo se resiste. Sin embargo vale la pena morir a la vieja naturaleza para que sea tu ser espiritual quien tenga el control.

Cuando desarrollas dominio propio no dejas que los acontecimientos de la vida te dominen porque reconoces que tú eres quien interpreta esos acontecimientos. Así puedes corregir lo que está mal en tu carácter o conducta y puedes organizar la mente para mirar las cosas como Dios las ve y no como a nosotras nos parece. Evitamos exagerar o maximizar los hechos para verlos tal como son, situaciones que al superarlas nos aportará experiencia y madurez.

Pero todo empieza en tu mente,  porque somos lo que pensamos, si permites que El Señor te moldee y te cambie, todo tu ser será lleno de una nueva vida, la sabiduría que viene del cielo te guiara y los pensamientos sanos te permitirán experimentar emociones sanas. Si tu mente es controlada por Dios, tu corazón puede sanar y puedes experimentar el dominio propio.

También podemos desarrollar la habilidad de comunicarnos con sabiduría para expresar nuestros deseos, pensamientos y opiniones  a los demás y obtener lo que deseamos sin herirlos.

El dominio propio te pondrá en camino de ser una mujer que inspire con un carácter suave y apacible, y se alejará de tu corazón la negatividad y la amargura, para dar paso a lo que Dios quiere y puede hacer en ti. Deja que el Señor te cubra con su paz y déjate guiar por ella, sin duda serás feliz porque tu corazón estará lleno de esperanza y satisfacción.

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