En cambio, a mi siervo Caleb, que ha mostrado un espíritu diferente y me ha sido fiel, le daré posesión de la tierra que exploró, y su descendencia la heredará.
Números 14:24
La actitud determina como miras la vida. Puedes ver el vaso medio vacío o medio lleno. Puedes ver problemas u oportunidades en una misma situación. Todo depende del cristal con el que lo mires y el cristal es la actitud que vas a tener en cualquier situación.
La actitud se desarrolla a lo largo de la vida. Hay quienes han dicho que es el aroma del corazón, podemos dar un mensaje con nuestras palabras, pero la actitud no la puedes ocultar. Con una actitud positiva te vas a enfocar en tus metas y te concentraras en tus objetivos.
La actitud está determinada por la forma de pensar y por el enfoque, es decir, en donde se pone la mirada. Mientras unos pueden ver sus problemas como gigantes que no pueden vencer, lo que les lleva a sentirse derrotados antes de dar la batalla. Otros pueden enfocarse en un Dios grande y en lo que El puede hacer. Unos se enfocan en sus limitaciones, otros se enfocan en el poder de Dios. Unos se quejan, otros tienen fe. La actitud positiva siempre traerá resultados positivos.
Tú puedes escoger en qué posición vas a estar. Puedes decidir tener un espíritu diferente al común de la gente, que cree solo lo que mira, que se dejan guiar por los sentidos o por su experiencia. O puedes creer en lo sobrenatural, lo que Dios puede hacer con tus circunstancias.
El informe que te dan los sentidos a través de la experiencia no debe ser la única fuente de información que recibas, hay una realidad mayor y es la espiritual. No está al alcance de la percepción natural, se debe conocer a través de la fe. No escuches las voces negativas de los que dicen que no se puede lograr. No permitas que los mediocres te limiten, no te quedes mirando lo que no se puede hacer. Cambia tu actitud, escoge creer la palabra de Dios y obedecerle, cree que Dios hará cosas extraordinarias en ti y que te conducirá por camino seguro. Eres una mujer que inspira y tienes un espíritu diferente, cualidades que te hacen hermosa a los ojos de Dios.