El deseo de Dios es que sus hijos seamos:
- Prosperados
- Gocemos de buena salud
- Tengamos salud mental y emocional
Su palabra nos dice en 3 Juan versículo 2 «Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.»
Nuestra sociedad considera ciertos parámetros para definir si una persona es próspera, todos tienen que ver con cuánto dinero posees, la preparación, fama, el sector dónde vives, etc.
¿Cuál es la prosperidad a la manera de Dios?
Dios desea que prosperemos de manera integral, pero la prioridad siempre será en el alma, así como prosperes en el alma prosperarás en todas las cosas. El alma incluye la mente, la voluntad y las emociones. Más que perseguir logros o acontecimientos placenteros, debemos ser transformados en nuestra mente para edificar un buen fundamento para el contentamiento.
Lo que realmente importa no está fuera sino dentro de ti, tiene que ver con la actitud, con la forma de ver la vida, con el enfoque, con construir relaciones, con vivir con propósito y esto tiene que ver con la prosperidad del alma a la que hace referencia la enseñanza bíblica.