Más allá del razonamiento humano

Más allá del razonamiento humano

Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que sus caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos.

Isaías 55:9 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

A menudo nos parece que las instrucciones del Señor en su palabra no tienen sentido. Por ejemplo, qué sentido tiene el dar sin esperar nada a cambio, el orar por los enemigos, desear el bien a los que te aborrecen o perdonar al que te ha hecho daño. Sin embargo, este es un principio que debemos estar dispuestos a cultivar, para ser bendecidos. Este principio es  la obediencia.

Obediencia es el cumplimiento de un mandato o de una orden. En el sentido de la obediencia a Dios es el cumplimiento de sus ordenanzas y principios  aunque estén en contra de nuestro razonamiento.

Dios no exige que entendamos su voluntad, sino solo que obedezcamos, aunque ello parezca irrazonable.


Nuestro razonamiento nos hace ver como lógicas las situaciones que se ajustan a la experiencia, a lo que nos dicen los sentidos, a la información que recibimos de lo que es conocido. Pero si vemos la vida de los hombres de Dios, nos damos cuenta que a ellos se les pidió que hicieran cosas, o tomaran decisiones que a simple vista no tenían sentido. A ellos les caracterizó un estilo de vida de obediencia, para esto se requiere compromiso y perseverancia.

Artículos relacionados