La actitud de obediencia es lo que caracterizó a los grandes hombres de Fe, uno de ellos fue Noé.
La vida de Noé nos demuestra que él fue un hombre obediente. Noé necesitó compromiso y perseverancia mientras obedecía las instrucciones del Señor de construir una gran barca. Dios le explicó las medidas exactas, el tipo de madera que debía usar, y la manera de hacer muy segura la embarcación. Era esencial que Noé obedeciera todos los detalles para que el arca pudiera ser la habitación de todos los animales y además mantenerse a flote. La Biblia no describe la reacción de Noé pero sin duda tuvo que enfrentar la crítica y rechazo de la sociedad de su época, seguramente reaccionaron con insultos y burlas ante la obra que estaba realizando. Noé, sin embargo, trabajó fielmente hasta el final, tal como lo dice Génesis 6:22
Y Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó; así lo hizo.
El resultado de su obediencia fue que pudo sobrevivir al diluvio. Noé y su familia fueron los únicos que se salvaron de este juicio sobre la tierra, además de los animales que Dios le indicó.
Este relato bíblico nos demuestra que El Señor quiere que sigamos sus instrucciones con precisión. Pero nuestra naturaleza humana quiere escoger qué partes de la Biblia obedecemos y que partes no.
Juan 14:15 dice:
Si me aman, guardarán mis mandamientos.
La obediencia es una manera en que demostramos cuánto amamos al Señor.